jueves, 15 de diciembre de 2011

Surcore.


Noches, días, soledad, angustias, vida, para muchas personas eso es vida,
¿Y qué tal si la vida fuera algo más que una cicatriz abierta? Dónde el dolor no importa sino la huella.
Detrás de cada puerta, de cada cocina, de cada manzana dónde habita un gusano llamado sociedad, dónde la discriminación por raza es más común que el silencio entre los muertos.
¿Qué tal si habría muerto? El día que nací, la muerte ya me esperaba impaciente detrás de una arma blanca, camuflada en una sonrisa falsa.
Cada familia, cada hogar, cada corte, cada comida en la que no estuve y cada lágrima que derrame,
Cada mirada que no obtuve, cada abrazo que regale.
¿Cómo olvidar mi raíz? Si esa raíz formo parte de mi sangre que derrame, quizás no en la historia pero formo parte de la mía.

Amigos, que a los ojos de la sociedad eran vistos como indecentes y vagos, que al final de camino demostraron ser los más humanos,
La música, el arte, para pintar paredes tenias que esconderte, mientras la violencia se practicaba a plena luz del día.

Mientras tú pensabas, yo actuaba,
Mientras tú huías, yo enfrentaba,
Mientras tú celebrabas año nuevo, yo vestía de negro,
Mientras tú llorabas por algo material, yo lloraba por una vida.

Y al final de todo

Mientras tú dormías, yo vivía.


Este Poema va dedicado para Sebastián Acosta,
Y en memoria de su amigo.

jueves, 13 de octubre de 2011

Vagabundos.

Vagabundos que se posan sobre una muñeca delgada buscando un poco de espacio, vagabundos que cuelgan de la pared, nadie los presta atención, pero siguen cantando.  
Vidas inmortalizadas que mueren dentro de un cristal, y nacen al paso de su camino,
momentos que se olvidan, y se encuentran justo en la hora antes de morir.

Vagabundos que viven presos, que pasean por las mismas esquinas, pero a diferentes horas,
Vagabundos que son eternos, y otros memorables.
Ancianos cansados de ver la misma guerra, pero con diferentes soldados,
La misma arma, ha pasado por diferentes manos.

Vagabundos que son testigos de una boda, o de un funeral,
vagabundos que a la hora de dormir, siguen corriendo.
Viejos recuerdos que se olvidan que un día existieron,
Y si existieron, hoy ya están muertos.

Eso es el tiempo, todo lo que pasa, cuando crees que ya ha pasado todo.
un asesino que no para, una enfermedad peor que el cáncer,
un silencio peor que la soledad, y un instante que dura toda una eternidad.
¿Y tú, creíste que el tiempo no corría? Yo también pensé lo mismo. 

lunes, 8 de agosto de 2011

Escribir(te)

Tiritando tus terremotos, también trenzados
Teniendo tiempo, teniendo tanto tiroteo
Todo tan tenue, todo tan tonto
Tú, tratandome tenazmente, toscamente
Tienes territorio, tienes tempestad
¡Temes tirano! Tartamudeas, te tapas, te tientas.

Todo termina, tu temblor tiembla,
Tocando tardes, tardes tristes,
Terminan tan tupidas.

Tú, triste toro, tenso tiburón, tenias todo,
Tiempo, tertulias, todo, menos yo.

Josué Parra.

viernes, 22 de julio de 2011

¿Quién?

Porque cuando estoy ciego puedo mirar tus manos,
Quién lo diría, qué absurdo es pensar que te miro en mi espejo, y ni siquiera tengo casa,
quién lo creería, si le digo que ti vi un martes de lluvia en el metro,
Sabiendo que en mi país, no hay metro.
¿Dime quién? Y te diré, yo. 

Josué Parra

lunes, 18 de julio de 2011

Poema 12

No sé por dónde empezar, si por mi llanto o por tu felicidad, no sé si al leer esto me vuelvas a hablar, quizás prefieras cerrar tus ojos y marcharte,
aún sigo pensando en que escribirte, no sé si contarte que el otoño ya no existe, o quizás prefieras saber que aquel lugar nuestro, ahora es oscuro.
Llévate las flores, llévate el jardín, llévate el eclipse y déjame a ciegas, llévate el verano ya no lo necesito, llévate el agua pero no me quites la sed,
Llévate lo que más duele, y lo que no me lastima no lo escondas, deja que eso me ayude, llévate el frío y el calor, un hombre muerto como yo, lo necesita menos.

Déjame tu sonrisa, tu aliento e incluso tu soledad, déjame París, Déjame tu voz, tu silencio, tu suspiro, Déjame todo, menos a mí. 
Ahora que mas o menos sabes lo que quiero, déjame todo y llévate nada, permíteme ser egoísta con tu cuerpo, tus manos, tu piel, contigo.
¿Recuerdas nuestras caricias? No hay una sola noche que no sueñe con ellas, daría todo por sentir tus labios una vez más y tu silencio cada vez menos,
Yo sé que no te interesa saber de mí, así como sé que no quieres hablar conmigo, también entiendo que para ti esto es lo mejor, y lo acepto pero no lo apruebo.

Han pasado tres meses ya, cruzar palabras contigo se ha vuelto una nueva batalla que librar, los te amos se fueron escondiendo detrás de nuestro orgullo,
y el adiós es cada vez más evidente, más fuerte, más cruel y menos sensato, nuestros recuerdos y largas horas lucha ahora son una llave más del pasado.
No te pido que te quedes, porque sé que te irás, no te pido que no me olvides, porque sé que lo harás, no te pido nada, porque sé que sólo eso me darás.
¿Sabes qué es feo? Extrañarte y no poder decírtelo ¿Sabes qué más es feo? Necesitarte y que no estés.

Mi nariz aún visita Lomani, París, sé que sólo tu podrás entender esto cuando lo leas, si lo lees, claro está.
Debo admitirte que no sabía lo que era el adiós, hasta que te fuiste. No sabía lo que era la soledad, hasta que mi cama amanecía siempre arreglada,
Hay muchas cosas que no sabía cuando estabas tú aquí. Por ejemplo, no sabía que era la eternidad, hasta que dejaste de contestarme,
Tampoco sabía que era el silencio, hasta que mi vida se quedo sin tu voz ¿Ves? Aprendí cosas que nunca quise saber en mi vida.

Es momento de despedirme y de agradecerte por todo lo que me diste, gracias por compartir un dos de noviembre conmigo, gracias por enseñarme a volar entre tus nubes.
Antes de que me sigas borrando de tu vida, léeme por última vez, y esta vez entiende que el orgullo nunca debe ser más que el amor.
Hubiera preferido que me dispares y cumplas tu sueño de sacar una bala, a que me digas todas esas palabras, mi corazón te extraña, pero si tu estas bien, él intentara estar bien.
Antes de terminar, quédate un ratito más.

Josué Parra 

lunes, 27 de junio de 2011

Mentes lejanas. (Un poeta y un anti-poeta)

Sentada de espaldas te encuentras ante mí
Con esa mirada clara y directa
Un abismo nos inunda la piel
Es el adiós que predicen tus labios.

Recuerdos resbalan por tus mejías
Momentos estallan en esta despedida
Anunciando de pronto mi caída.

No entiendo, el pasado fue tan bello
Fue incluso eterno,
Después de lunas sobre nuestra piel
Decides marcharte.

Como el tiempo en un reloj
Como la arena entre los dedos
Como los recuerdos echados al tiempo
Te vas de mí, destrozando mis sueños
Anclándolos al infierno

Me dejas ciego con tu voz
Sin tacto de tanto de tanto no tocarte
Me dejas inmune a tu mirada
Que se desvía a otro.

Y me regalas tu silencio
Lo cambias por caricias hacia otro cuerpo
Por miradas tan enamoradas, que no me pertenecen
Dejándome el adiós entre el corazón y mis versos.

Asi de efímero es el viaje de sus palabras por mi oído
Su ausencia es un vacio que se llena con vestigios míos y de ella
Vestigios olvidados y maltratados
Pero sobre todo… Vestigios de vos.

Enigmas quedaron sobre mi piel
Laberintos sin resolver que dibujo con sus dedos
Y ahora soy el despojo de su destierro.

Ahora no me queda más que suicidarme en cada letra
En cada verso, en cada carta
Te escondes en la noche y no amaneces.

Eres parte de la nada
Tu silencio parte de mi almohada
Y ahora que estoy de ti desierto
En mis sueños eres fantasma.

(Aletxo Elizari y Josué Parra)

Se han compartido pensamientos y se los ha llevado a cabo en una poesía, dos mentes brillantes que juegan a ser una para crear el dueto perfecto. Un poeta y un Antipoeta, Un honor escribir junto a usted poeta. Con ustedes Aletxo Elizari @Fragmentodealma

domingo, 26 de junio de 2011

Un Intento De Mí.


Sentir, que palabra tan ausente para tus manos tan cerca.
Que frío manicomio es el de nuestra cama, no nos deja fumar en paz,
 ni si quiera esa mariposa lívida y llena de lucidez ha vuelto a mi ventana, que más que ventana tiene aires de puerta oxidada, y es de madera.

Así de estúpido e incoherente se vuelve el hombre cuando a tus pies solo existen mis manos sosteniendo tu cuerpo y el suicidio a la vez.
 Que cerca se escucha tu voz cuando no la quiero oír, que cerca se escucha tu silencio cuando he olvidado mis oídos en un sobre,
es esta maldita esquizofrenia la que no me deja escuchar sólo mi voz, me lo ha dicho Van Gogh mientras él me arrancaba las voces de mi oreja.

No quiero ser como Cortázar y su Maga o como Oliveira y Aurora Bernárdez, mentes sumergidas en un juego sin fin, una rayuela de una vida y sin regreso, un viaje efímero e infinito, cruel y absurdo, pero con un fin lógico.
No quiero la vida breve, como la describe Onetti, no quiero miradas como las de Juan Gelman, tampoco quiero manicomios sin leopoldos a quien visitar.

Quiero antipoesias, absurdas y lógicas, como Nicanor y mi apellido.

Josué Parra