miércoles, 11 de mayo de 2011

Poesía Incompleta

Tengo puertas que son ventanas sin abrir, el oxígeno lo llevo muerto en el mar, en el viento.
 Existen manicomios donde puedo ser más libre, existen cuerpos donde puedo crear caricias, irreales, pero caricias.
Tengo pieles que son cenizas sin morir, son simples recuerdos que con el tiempo dejaran de existir.
Pasan días, pasan años, paso yo, quizás ya viejo y muerto, pero aún vivo.

Pasa la rutina, y el futuro se acerca cada vez más a mi pasado, pasado muerto, pero aún presente, en mí.
Pendiente del tiempo, me olvidé de morir, ahora vivo esperando dulces ausencias cerca de una vida, la mía.
Tengo recuerdos suyos que son inventados, no por usted, ni por mí, por nosotros, sí.
Tengo noches que son días oscuros, son presencias que viven en un túnel esperando al final una luz. Tú.

Tengo rincones vacíos, poemas malditos y relatos perdidos.
De tanto buscar mi vida he olvidado que viví, una vez y dos veces, quizás tres. Olvidé que existí.
Contengo el aire para poder ahogarme y así respirar la muerte,  respirarte a ti.
Tengo horizontes que son desiertos cubiertos de piel, marchita, pero piel.

No encuentro sombras ni en la luz, quizás la única sombra que queda soy yo.
Recreando personajes ficticios me tope con tu recuerdo. Eso sí es real.
Tengo arena que no es tiempo ni huellas. Simplemente es arena.
Tengo distancias que no son ausencias, son voces impregnadas en letras.
He aquí, mi poesía incompleta. 

martes, 10 de mayo de 2011

Cartas a París

Esta noche me he sentado a pensarte, a recordarte y a olvidarte. He muerto en el intento. 
Ayer pase por tus ojos para ver como estabas, tu silencio me ha dicho que no había nadie en casa.
Por ahí escuche que ya te casaste, olvidaste que iba a ser conmigo ¡Tranquila! Yo te entiendo.
Aprovechando que estoy de visita por la ciudad pensé en llamarte, ya que no tengo el número de tu casa, al menos escucha esta carta.

Ayer te vi cruzar por la calle, no me reconociste. Quizás me estoy volviendo viejo, o tu me estas olvidando.
Con ese vestido azul que traías puesto, te confundí con el cielo. Tranquila yo se que en París aún es invierno.
Ayer, fui a ver el atardecer, recordé cuando nuestras tardes acababan en tu espalda,
también recordé cuando amanecer era despertar a tu lado. Las mejores noches comenzaban contigo.

Aquí me tienes, mandándote cartas a parís, regalándote mi voz en un sobre sin destino,
perdiendo tus besos en los labios de otro, perdiendo tus manos en cuerpos ajenos.
Prométeme que recordarás mis caricias, aún cuando tu piel haya perdido su sensibilidad.
Recuerda que Paris, no es lo mismo sin mí, sin ti, sin nosotros.




domingo, 8 de mayo de 2011

Vientre De Octubre.

Las noches duraban menos de lo normal, en tus ojos se podía ver claramente el insomnio.
Las veces que te dolía caminar y muchas veces correr se te hacía imposible, llevabas dos vidas. La tuya y la mía.
Mientras el mundo dormía, tú creabas un mundo interior. Sólo para mí.  
Entre juguetes y risas, yo nací.

Madre, Me enseñaste a caminar sobre tus brazos en noches de miedo,
me enseñaste a correr entre mis sueños para alcanzarlos, me enseñaste la luz en medio de un túnel tenue.
Tú, que muchas veces sacaste la comida de tu boca para tener una barriga que alimentar. La mía,
Tú, que no dormías tranquila por la inseguridad de este mundo, ahora entiendo que sólo querías mi bien estar.

Las veces que herí a tu corazón diciéndote mala madre, es mentira. Sin ti, no soy nada.
Lo mejor que me ha pasado en la vida es ser tu hijo,
eres poesía que dio vida a un verso, a un niño. A mí.
Gracias por darme amor, por darme tu apellido.
Gracias por ser tú mi madre.
Feliz día mamá





viernes, 6 de mayo de 2011

Aún te escribo

Aún te escribo.
Esta es una de esas noches donde tu voz se transforma en silencio y tus caricias en soledad,
mi oxígeno ya no vuela por el aire, se ha escondido en tu perfume. En tu piel.
Aún te escribo, todavía te desvisto en versos y te existo en mis manos,
Aún te invento, sigo dibujando tu voz en mis labios para besar tu silencio ya muerto.

Olvidaste llevarte el piano que existía en tus manos,
 las mejores melodías me las daba tu tacto.
¿Y me preguntas si aún te extraño?
Sí, me haces falta, mis manos ya no escriben. Lloran.

Aún te escribo, aunque mis manos ya no respiren tu piel, aún guardan tu sexto sentido,
Aún puedo sentir el caminar de tu cabello en mi cuerpo ¿Cómo olvidarte si me tatuaste la vida?
Aún te pienso en cada amanecer que anochece sin ti,
Cada caricia muerta es un recuerdo que nace en mi piel.

Sé que algún día nos encontraremos. Te diré hola, que bella estás.
Tú, me miraras y tus ojos se cerraran y preguntaras ¿Quién eres?
Quizás te diga mi nombre o quizás te mienta, de todas formas me darás las espaldas y te irás.

Mi voz se irá apagando, y cuando sea viejo y recuerde tus manos en mi piel,
pensaré en ti y en los nietos que nunca tuvimos.
y antes de morir te recordare una vez más,
y ese día sabras, que aún te escribo.